Lo más normal cuando vas a darte un masaje erótico es que acabes tan excitada que te corras. Una vez vencida la timidez te relajas y dejas que las manos de tu masajista recorran cada parte de tu cuerpo o incluso que se introduzcan en algún agujero. Esto sería lo más frecuente, pero claro, si una vez que estás en pelotas aparece otro masajista cachas al que notas empalmado, no vas a poder resistirte y vas a tener que montarte un trío porque sus 4 manos no van a ser lo único con lo que te conformes. Un masaje que puede acabar en orgía

 

 

Masajeada por cuatro manos varoniles
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