Montada en una polla, quiero decir, porque la actriz porno canadiense de hoy no se baja ni muerta de su pollón. Pese a su disfraz sexy de policía, no es demasiado dominante ni autoritaria…más bien se deja hacer. ¡Ay, qué se deje, qué se deje!
Montada en una polla, quiero decir, porque la actriz porno canadiense de hoy no se baja ni muerta de su pollón. Pese a su disfraz sexy de policía, no es demasiado dominante ni autoritaria…más bien se deja hacer. ¡Ay, qué se deje, qué se deje!