Una casa abandonada puede ser un buen refugio para pasar la noche, sobre todo si se avecina tormenta. Pero también puede resultar una auténtica pesadilla si sus inquilinos no son hospitalarios. Un tropezón en la escalera hará que Juan y Melody separen sus caminos y vivan, cada uno por su cuenta, una aventura terrorífica con final orgásmico. Esta es sólo la primera parte de la pesadilla. Próximamente, el desenlace.

Gemirás antes de morir
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