Jade es la reina y aunque sus dominios están en ruinas a ella no le importa. Camina orgullosa y seductora por los vestigios de su palacio como si quisiera excitar a sus nobles súbditos. Se sienta en su trono y allí, espera que aparezca su particular amante. Un juglar sexual cuyo único cometido es darle placer a la reina Jade.

El Trono de Jade
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