Seguro que la presencia de la preciosa jovencita brasileña Angie White tiene mucho que ver en el fervor brasileño que le ha entrado a Nacho Vidal, que parece estar poseído por alguna especie de encantamiento y no para de decir guarradas en portugués. El resultado va a ser un chorreante delirio sexual fruto de las altas temperaturas al que solo le falta una playa paradisíaca y unas caipirinhas para redondear la escena.

Fiebre brasileña
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